24 septiembre, 2013

El hombre que tiene para leer

Tom Johnson, de 83 años, de Osceola, Missouri, posee una casa que es, en realidad, una biblioteca…
La casa fue construida en 1899 por su abuelo, quien poseía cerca de 8.000 libros, pero con el tiempo la familia de bibliófilos fue añadiendo más y más volúmenes, y construyendo habitaciones extra para alojarlos. Hay muchos libros antiguos del siglo XVI y XVII, pero el más antiguo data de 1489. Algunos de los libros se hallan solamente en dos o tres bibliotecas más en el mundo, pero no hay solamente volúmenes académicos. Hay libros de romance, de comedia, de misterio. Es el amor a la lectura el que ha hecho crecer esta biblioteca, no sólo el interés por aprender.

Y así, en esta era de medios digitales, la casa de Johnson carece de computadoras. Prefiere los libros en papel y, por lo que se ve, tiene una amplia variedad de dónde elegir.

Tom Johnson, el hombre de los 35000 libros.


Curiosidades descubiertas en:
http://tecnoculto.com/2013/09/03/el-hombre-que-posee-35000-libros/#more-41717

12 septiembre, 2013

La joven del laúd


¡Qué día, por Dios! Yo con mi vestido blanco hasta los pies y el manto azulino, cubriendo mi cabeza. Aquí todo el tiempo. Y el dueño del anticuario decide moverme del escaparate principal para colocarme en un estante lateral.
¡Qué osadía! ¡Tratarme así a mí! A una hermosa joven, esbelta y delicada, abrazando un laúd junto a su pecho. ¿Cómo pudo mudarme de mi sitio por esa escultura de una cortesana con los brazos en jarra?
Hoy las horas no pasarán nunca. Dudo que lo soporte. Y el dueño que habla con todos… que muestra la lámpara veneciana… el jarrón pintado a mano por una dinastía china o la fina terminación de la mesa laqueada. Y yo acá en este estante! ¡No Señora de los dedos regordetes, no me levante! ¡Y encima, mira mi base! Si Señora, soy yo. ¡Colóquese esas gafas!. ¡Tenga en cuenta que soy de cerámica pero mi alma es de por-ce-la-na!
Y ahora me deja en otro lugar, pero aún más desencajada.
¡Por favor! ¡Un alma caritativa que me salve! ¡Necesito unas manos frescas que me acaricien!
El dueño me devuelve al sitio principal, pueda ser que alguien me vea y huya de este abarrotado local. Está pasando una niña que camina con su padre. ¡Qué hermosa se ve tras los cristales! ¿Qué le dice? ¿De qué hablan? ¿Me mira a mí? ¡Que sea yo la elegida de la niña! ¡Que se aproximen, por favor! ¡Si, si, si! Ahora dialogan con el dueño. El amo me sostiene y me pasa a manos de ese hombre. El hombre me muestra de cerca a la niña. ¡Qué ojos de alegría! ¿Qué soy igual a quién? ¿A su mamá cuando era joven? ¿Qué ella tocaba una mandolina mientras yo tengo un laúd? ¡Si, niña, son parecidos! ¡Llévame, te lo suplico!
¡Qué suave son tus manos! ¡Qué tierna tu mirada! Si la niña sonríe es que el padre ha aceptado. Buscan mi caja. Me guardan con extremo cuidado y me voy convertida en su fino regalo.



Nota aclaratoria:
El presente monólogo interior a partir de un objeto, ha sido realizado como técnica de escritura en el Taller Literario de la Escritora Anny Guerrini. En primer lugar debimos describir una escultura en forma objetiva y como segunda parte de este proceso, realizar un monólogo interior.

09 septiembre, 2013

Impuros

Cuando la mujer fue apedreada,
la fuerza de las manos
hablaron de venganza;
los músculos tensados
traían veredictos.

Una piedra solloza
después de haberla herido.
El cuerpo yace inerte
en un suelo aún más frío.

Los hombres no comprenden
la magnitud del delito.
En los dedos del invierno
el odio es genocidio.